¿Cuáles son las diferencias entre mentoring y coaching? Las 4 diferencias más notables

¿Cuáles son las diferencias entre mentoring y coaching? Las 4 diferencias más notables

Hoy en día, es fácil encontrar un coach para casi cualquier cosa: un coach de vida, un coach deportivo o un coach de salud. Lo mismo ocurre con un mentor que suele encontrarse en el mundo laboral, pero estas dos profesiones son muy diferentes. EFBS analiza la cuestión y explica las 4 diferencias más notables entre ambas profesiones.

Coach y mentor: diferentes oficios que aumentan el potencial

La gran diferencia entre un coach y un mentor reside en el hecho de los objetivos que persiguen y los métodos y herramientas que utilizan para alcanzarlos. Aunque estos dos términos, coaching y mentoring, se utilizan a menudo de la misma manera, en realidad no son en absoluto la misma profesión. Si hablamos de lo que tienen en común, podemos decir que tanto el coach como el mentor se comprometen a ayudar a equipos o individuos a alcanzar su máximo potencial mientras se desarrollan, ya sea en el trabajo o en su vida privada. He aquí un rápido resumen de las 4 principales diferencias que hemos observado en EFBS tras más de 20 años de experiencia en el sector educativo.

Las 4 diferencias entre mentores y coaches

1. Competencia de los coaches y mentores 

El coaching es una relación formal que reúne a un coach y un individuo o un grupo con el fin de impartir nuevas habilidades en un plazo determinado. ¿El objetivo de un coach empresarial? Poner al día a una persona o a un equipo con técnicas probadas que ya no tienen secretos para él. A menudo, el coach recibe una formación previa sobre las distintas formas de formar eficazmente a los equipos. 

El mentoring, por su parte, es una relación más informal entre una persona que ocupa un cargo superior en una empresa y que va a ayudar a progresar a un junior. El mentor transmite sus conocimientos a diario animando al junior a reflexionar sobre una amplia gama de temas relacionados con su puesto de trabajo, a menudo durante varios meses, de modo que el mentee no sólo aprende de los conocimientos y la capacidad de liderazgo del mentor, sino que también aprovecha su experiencia profesional, su apoyo emocional y su asesoramiento continuo. 

 

2. Una diferencia de objetivos

El papel del coach consiste en identificar un problema (si aún no se conoce) y establecer un proceso muy claro para corregirlo en el tiempo disponible. Los procesos y las tareas son muy claros para que el mentor pueda transmitir sus conocimientos a la persona o al equipo que está entrenando. El coach sigue el plan de acción que ha diseñado para su equipo y controla la evolución de las competencias mediante evaluaciones y reuniones de seguimiento planificadas al inicio del proceso.  

El mentor senior, para empujar al junior en la dirección correcta, crea un proceso con varios pasos clave para supervisar el progreso y estar seguro de ir en la dirección correcta. En el proceso de tutoría, la confianza está en el centro de la relación y se dedica tiempo a conocerse para hacer balance de la situación, determinar los objetivos que hay que alcanzar y los medios que hay que poner en marcha para conseguirlos.

 

3. Herramientas utilizadas

Al igual que en el contexto relacional, las herramientas utilizadas por el coach y el mentor para transmitir sus conocimientos y experiencia no son las mismas. El coaching recurre a ejercicios, juegos de rol y reuniones de seguimiento para permitir una transmisión eficaz.

El mentor, por su parte, prefiere utilizar la escucha activa y la transmisión de experiencias en el momento oportuno para permitir una mejor comprensión de la situación y aportar nueva luz que empuje al mentee a reflexionar gracias a discusiones en profundidad sobre temas tan variados como requiera el puesto.

 

4. Tareas o rol del equipo

En la relación entre los equipos y el coach, la transparencia del proceso que co-construyen juntos, permite crear una verdadera asociación para avanzar hacia los objetivos previstos de antemano según un plan preciso a seguir. Los puntos débiles se identifican y se compensan con nuevas competencias o formas de trabajar, mientras que los puntos fuertes son utilizados conscientemente por el equipo y reapropiados por él. 

En una relación de tutoría, el alumno es guiado por el mentor, que le empuja en la dirección correcta, sin sacarle necesariamente de su zona de confort, como puede hacer el entrenador con su equipo. La eficacia y el desarrollo están en el centro de su trabajo, con el objetivo de que el alumno alcance sus metas. 

 

Tanto el mentoring como el coaching pretenden ayudar o acompañar a equipos o individuos a alcanzar hitos y superarse día a día. Ya sea mediante ejercicios con métodos probados o escenarios de situaciones o mediante la escucha activa, los facilitadores ayudan a las empresas a seguir siendo competitivas en su sector de mercado. Aunque el coach interviene para alcanzar objetivos concretos en un tiempo determinado y el mentor transmite conocimientos y competencias al alumno, se trata de formas diferentes de formación en la vida laboral.

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