Es muy normal considerar que la renta fija es aburrida, sobre todo en comparación con la renta variable. Además, también se suele pensar que la renta fija es el activo financiero ideal para un fondo de pensiones que invierta a largo plazo. Ninguna de estas dos ideas son del todo ciertas o, al menos, son cuestionables.
Mediante la compra de un instrumento de renta fija se está asumiendo un riesgo de mercado, es decir, la posibilidad de que el precio varíe como respuesta a las modificaciones de los tipos de interés que, por otro lado, son muy frecuentes. Pero, además, en la compra de un bono se puede estar asumiendo riesgo de crédito, al ser emisor una empresa privada o pública con una mayor o menor solvencia. Aquí, encontramos una de las claves de la actual crisis financiera: el impacto negativo que sobre el precio del bono tiene un incremento de las expectativas de quiebra del emisor
Con estas premisas, se cita en la Escuela uno de los más jóvenes y brillantes analistas financieros de España, David Fernández. Economista y Máster por el Banco de España, David es, además de profesor de mercados financieros de Escuela de Finanzas, consultor de varias SICAVS quien no duda recomendar a su siempre nutrido auditorio de alumnos.
“La renta fija no es aburrida, tal vez, algo técnica pero, en cualquier caso, una clara opción de inversión con horizonte a largo plazo pero con medición del comportamiento a corto plazo. Y, claro está, también para especular.”